La importancia de la experiencia laboral para los estudiantes de Derecho



A diferencia de varias carreras, que aconsejan al estudiante concentrarse completamente en la preparación académica, el Derecho reconoce la importancia de la experiencia práctica para el desarrollo de un alumno preparado.
Hoy en día la posibilidad de una pasantía es mucho más real que hace un tiempo atrás y el estudiante posee un sinnúmero de alternativas para su desarrollo laboral. Las pasantías ya no se remiten a las firmas de abogados, y los campos de experiencia han sido ampliados enormemente en los últimos años, brindándonos opciones nuevas para nuestro crecimiento como futuros profesionales.
Esta es sin duda una importante pregunta que se hace casi todo estudiante de Derecho en algún punto de su carrera, la idea de embarcarse en una experiencia profesional paralela a la formación académica lógicamente requiere ciertas consideraciones.
Dentro de nuestra propia Universidad día a día se brinda opciones y facilidades a aquellos interesados en acceder a las vacantes disponibles, y bajo el lema de la “educación integral” se nos insta a dichas experiencias. Esto es completamente natural pues resulta prácticamente una norma preestablecida en la mente de muchos, que como futuros abogados entremos al mundo laboral al llegar a cierto punto de nuestra carrera.
Pero ¿Por qué la importancia de la experiencia laboral para los estudiantes de derecho? ¿Cuál es la razón para que sea una práctica tan común en nuestra comunidad?
Las experiencias laborales constituyen una herramienta de gran valor para nuestro desarrollo como estudiantes de derecho, pues nos muestra que el ejercicio de nuestra profesión es un camino considerablemente más amplio de lo que se puede apreciar estudiando únicamente la teoría. La capacitación académica resulta imprescindible para cualquier abogado, y es la base de nuestra profesión, pero similar importancia tiene el conocimiento empírico para el estudiante de Derecho y futuro abogado.
La razón para esto se debe a que todos los que hemos elegido esta carrera sin dudas de nuestra decisión, y con la certeza que es a lo que nos queremos dedicar por el resto de nuestras vida, buscamos la aplicación práctica de los conocimientos ya adquiridos y nos llena de confianza y satisfacción cuando vemos como la preparación académica y el desarrollo laboral convergen en acciones que arrojan como resultado pruebas de que estamos creciendo profesionalmente.
Este es sin duda un reto que vale la pena emprender, pues son las situaciones que nos llevan fuera de la rutina las que nos exigen lo mejor de nosotros y nos obligan a demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces. Muchas el resultado es más de lo que imaginamos.
De igual manera las experiencias laborales abren nuestras mentes a nuevos puntos de vista sobre el Derecho, a nuevas formas de ver las Leyes y su aplicación en nuestro país y a conocer la realidad del funcionamiento Jurídico. Esto no es nada nuevo, pues todos debemos pasar por ello, todos aprenderemos estas lecciones tarde o temprano, la pregunta realmente es: ¿Cuándo?
Como ya dijimos, la formación académica es imprescindible para el ejercicio de la abogacía, pero la formación académica por sí sola no hará jamás a un abogado pues el derecho se podrá aprender en el salón de clases, pero se practica en la calle.